Profesionalismo en medicina del trabajo

cabecero_AEEMT

Muchos son los nubarrones que se atisban en el horizonte de la medicina del trabajo de nuestro país.

Somos la especialidad con la tasa de reposición más baja, debido a la inminente jubilación de más del 65% de los profesionales en activo en la próxima década, sumado al notable desinterés por la especialidad en los futuros profesionales que no cubren o abandonan las escasas plazas de formación que se convocan.

Por otro lado, la mercantilización de la medicina del trabajo, la precarización del empleo basada en una vigilancia de la salud muy poco eficiente, un desarrollo normativo totalmente desfasado que encorseta y estrangula el ejercicio profesional en las distintas áreas de capacitación que tenemos, y un largo etcétera que sin duda todos los que trabajamos en esto conocemos.

Para ello debemos preguntarnos que está ocurriendo y que podemos hacer como médicos del trabajo para solucionarlo y sobre todo, reflexionar que parte del problema nos corresponde a nosotros, pues formamos parte de éste, y si con nuestras actuaciones en el día a día permitimos o avalamos que poco o nada cambie.

La responsabilidad individual es un activo olvidado en nuestra sociedad actual, todo parece ser culpa de un tercero.

El profesionalismo médico se entiende como el conjunto de principios éticos y deontológicos, de valores y conductas que sustentan el compromiso de los profesionales de la medicina con el servicio a los ciudadanos y que permite avalar la confianza que la población tiene en los médicos.

Las decisiones ya no se asumen por imposición, simplemente por ser médico, deben justificarse y demostrarse con hechos y datos objetivos, creando evidencia y conocimiento y deben ser defendidos por nuestra profesionalidad y formación en continuo crecimiento y desarrollo.

Esto nos debe mover a cada uno nosotros en nuestras actuaciones y en la toma de decisiones en los cargos de responsabilidad que cada uno tengamos.

Solo desde el profesionalismo médico y desde esos principios éticos y deontológicos al servicio de los ciudadanos en nuestro caso trabajadores y pacientes, podremos defender la necesidad que la sociedad tiene de tener unos médicos comprometidos con ella y que formemos parte de la solución y no del problema.

Dr. Javier Hermoso Iglesias

Especialista en Medicina del Trabajo

Miembro del Comité de Profesionalismo del ICOMEM