NOTA DE PRENSA. I Congreso Nacional COVID19. 13-19 Septiembre 2020
55 SOCIEDADES CIENTÍFICAS ESPAÑOLAS QUE REPRESENTAN A MÁS DE 170.000 PROFESIONALES SANITARIOS FIRMAN UN MANIFIESTO DEMANDANDO UNA RESPUESTA A LA COVID-19 “COORDINADA, EQUITATIVA Y BASADA EN LA EVIDENCIA CIENTÍFICA”
• El documento ha sido presentado en la clausura del I Congreso Nacional COVID19
• El presidente del Comité Organizador del Congreso, el doctor Antonio Rivero, ha calificado la situación actual de “preocupante” y ha pedido a administraciones y ciudadanos que “reaccionen” para evitar un nuevo desbordamiento del sistema sanitario
• Ha señalado que el objetivo del Manifiesto es precisamente servir de guía a las autoridades sanitarias para mejorar la respuesta a la segunda oleada, tomando nota de las lecciones aprendidas hasta el momento
Madrid, 19 de octubre de 2020.- 55 sociedades científicas han suscrito un Manifiesto demandando a las administraciones españolas una respuesta a la COVID-19 “coordinada, equitativa y basada en la evidencia científica”. La presentación de este documento, se ha producido en la clausura del I Congreso Nacional COVID-19, que durante siete días ha acogido la puesta en común de todo el conocimiento científico acumulado sobre la pandemia en España a lo largo de estos últimos seis meses, expuesto todo ello a través de 23 mesas redondas, 11 conferencias especiales y más de 400 trabajos de investigación en forma de posters y comunicaciones orales.
El objetivo de este Manifiesto, detrás del cual están los 171.356 profesionales sanitarios representados por estas 55 sociedades científicas, es ofrecer a las autoridades sanitarias y la opinión pública españoles un documento de reflexión para “mejorar la gestión de la pandemia en nuestro país”, a través de doce recomendaciones o pautas de actuación que van desde la necesidad de guiar la toma de decisiones por “criterios estrictamente sanitarios, basados en la mejor evidencia científica disponible, y desligados de cualquier otro interés que no atienda al interés general de la población” hasta “garantizar la coordinación territorial” y “una protocolización nacional de mínimos”, pasando por el rechazo a la discriminación de edad y de cualquier otro tipo en “el acceso equitativo de la ciudadanía a los recursos sanitarios, preventivos y terapéuticos más adecuados que requiera su situación clínica”.
En la presentación de este Manifiesto durante la clausura del I Congreso Nacional COVID-19, el doctor Antonio Rivero, presidente de su Comité de Organizador, ha calificado la situación actual de “muy preocupante” y ha señalado que “los profesionales sanitarios tenemos pensamos que la gestión de la pandemia es mejorable”, por lo que ha pedido a las administraciones que reaccionen y a los ciudadanos que colaboren para evitar un nuevo desbordamiento del sistema sanitario. “Por un compromiso ineludible con la sociedad es nuestra obligación es proponer estrategias que permitan mejorar la gestión y esto es lo que pretendemos con este Manifiesto, que tiene unos firmantes con autoridad moral suficiente para exigir que sus recomendaciones sean al menos tenidas en consideración”, ha afirmado.
El Manifiesto comienza solicitando a “todas las personas e instituciones que tienen responsabilidades políticas en la gestión de la pandemia, que tanto en la expresión pública de su posicionamiento como en la toma de decisiones se guíen por criterios estrictamente sanitarios”, subrayando que la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de que “la ciencia juegue un papel más relevante en la esfera pública” y de que se establezcan procedimientos entre la comunidad científica y los centros de decisión política para garantizar que “las medidas y estrategias adoptadas responden a la mejor evidencia”.
Las sociedades científicas consideran imprescindibles también la “lealtad y colaboración entre partidos políticos e instituciones” y apelan a la responsabilidad de nuestros representantes públicos “para alcanzar un clima de diálogo y consenso que permita adoptar las mejores decisiones y estrategias en la gestión de la pandemia” y para mejorar las futuras actuaciones “sin ánimo recriminatorio, y asumiendo la conveniencia y necesidad del aprendizaje continuo en una situación que ha sobrepasado las previsiones del conjunto de la Humanidad”.
Asimismo, y hasta que haya vacunas o fármacos seguros y eficaces para la prevención o el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2, subrayan que “las medidas no farmacológicas de salud pública son el pilar de control de la pandemia”, por lo que piden que se dote a los organismos gestores de la crisis, en cualquiera de los niveles de organización del país, de “las herramientas legales, técnicas y administrativas necesarias para implementar medidas de Salud Pública de forma rápida”, estableciéndose todas las modificaciones legales y administrativas necesarias para ello.
Las sociedades científicas firmantes del Manifiesto demandan asimismo un protocolo nacional de mínimos que, sin perjuicio las oportunas diferencias territoriales, marque los principios de actuación en aspectos como “las medidas generales de prevención, el manejo de los pacientes infectados, las estrategias de rastreo de los contactos y la gestión de los centros socio-sanitarios”, con “criterios comunes de actuación e indicadores comunes de evaluación”.
En esta misma dirección, piden a las autoridades sanitarias que garanticen “el principio de equidad de toda la población residente en España en el acceso tanto a las estrategias preventivas como a los recursos sanitarios frente a la infección por SARS-CoV-2” y subrayan que “es imprescindible constituir una reserva estratégica nacional de material destinado tanto a la prevención como al tratamiento de los pacientes afectados por la COVID-19”. Por todo ello, subrayan que “es necesario fortalecer y reforzar los mecanismos de coordinación entre las autonomías y el gobierno del país”.
El Manifiesto subraya el mayor impacto clínico y mortalidad de la primera oleada de la COVID-19 en las personas de mayor edad y exige que para esta segunda oleada se garantice, con criterios de equidad, y sin discriminación, “el acceso de toda la ciudadanía a los recursos sanitarios, preventivos y terapéuticos más adecuados que requiera su situación clínica y con independencia de la edad de las personas, de su nivel cultural o socio-económico, o de su lugar de residencia”. Asimismo, señala, que es “de vital importancia minimizar el impacto de la pandemia en la atención sanitaria de pacientes con otras patologías graves y problemas de salud”, para lo que piden una “planificación de priorizaciones, cambios organizativos y provisiones necesarias” para garantizar que “todas las personas de nuestro sistema sanitario reciban la atención adecuada a su patología, sea cual sea”.
No solo a las autoridades sanitarias se dirige el Manifiesto, sino también a los ciudadanos, a los que conmina a cumplir con “las normas y recomendaciones que en materia de prevención sean emitidas por las autoridades sanitarias”. “No hay justificación alguna para el comportamiento de aquellas personas que al eludir las medidas de aislamiento ponen en riesgo la salud y la vida de las personas de su entorno laboral, social y familiar”, dice el Manifiesto, que recuerda a las administraciones que su deber no es solo dictar las medidas de prevención, sino “hacerlas cumplir sin ambigüedades y sin excepciones”.
El Manifiesto también apela a los medios de comunicación y líderes de opinión, a los que pide su “compromiso e implicación en la lucha contra la desinformación, la generación de falsas noticias y campañas negacionistas” y para que, cuando llegue el momento, “incidan en la importancia de la vacunación”. Igualmente, advierte de la importancia de la multidisciplinariedad y subraya que la respuesta a los nuevos desafíos sanitarios solo podrá llegar desde la colaboración de las diferentes profesionales y especialidades sanitarias.
Finalmente, los firmantes de este documento acaban demandando el diseño y sobre todo la puesta en marcha de planes estratégicos para el desarrollo de la ciencia y la investigación, y se lamentan de que “en nuestro país los recursos destinados a investigación son muy inferiores a los de países de nuestro entorno”.
Una amenaza global
La clausura del I Congreso Nacional COVID-19 ha contado con la participación de la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, que ha felicitado a “todas y a cada una de las más de 50 sociedades científicas” participantes en el Congreso, que ha calificado como un “innegable éxito de convocatoria de la comunidad científica de este país”. Asimismo, se ha referido al futuro Centro Estatal de Salud Pública, del que ha dicho que “ampliará la capacidad de identificar, evaluar, comunicar y responder adecuadamente a las amenazas y riesgos derivados de posibles enfermedades o pandemias”. Ha señalado, no obstante, que estas nuevas amenazas “son globales y las respuestas deben serlo también”. “Frente a las visiones particulares y localistas, es hora de reforzar, aún más, los organismos internacionales como la OMS y los de la UE”, ha dicho Silvia Calzón, que ha subrayado que “la investigación y la evidencia científica son la mejor herramienta para garantizar la Salud Pública y el bienestar”.
El texto íntegro del Manifiesto se aporta en documento adjunto a esta nota de prensa.
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